(Título original: "El último día")
Esta historia se va a desarrollar en un penal brasileño, por lo que los interiores deben mostrarse extraordinariamente sucios y lúgubres. El ambiente debe ser agobiante, dada la superpoblación de estas prisiones, que albergan normalmente a muchos más prisioneros de su capacidad, hasta el punto de que en celdas que pueden albergar 6 presos, se llegan a agolpar 20 ó más. Los patios suelen encontrarse como el Metro en hora punta y muchos presos suelen dormir incluso fuera de las celdas, en los pasillos. La mayoría de la población reclusa es de raza negra o mulata y gran parte de ellos no pasan de 25 años.

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Viñeta 1: viñeta de grandes proporciones en la que se ve en picado y en primer plano una prisión de Río de Janeiro (por ejemplo, la de Ary Franco, en el barrio de Agua Santa, al norte de la ciudad) dentro de la cual está sonando insistentemente la sirena de alarma viéndose además como sale humo por algunas ventanas. Se oyen también algunos disparos.
Texto: (comienza a hablar el narrador y protagonista de la historia, un preso que este mismo día cumple la condena y que mañana iba a salir libre, en principio. Lo que diga ahora serán pensamientos, como durante casi toda la historieta, por lo que lo acotaremos en recuadros. Aquí se pueden aprovechar las grandes dimensiones de la viñeta para dividir lo que piensa en varios recuadros):
“Ya s’a liao, como tantas otras veces. Y este va a ser gordo”.
“Unos cuantos se organizaron en el baño de sol (la salida al patio) y rajaron el cuello a los guardias con cristales y cuchillos que tenían escondidos. Les han quitao las pistolas y los fusiles”.
“Lo que pasó es que algún guardia dio rápido la alarma y enseguida bloquearon la salida, antes de que nadie pudiera escaparse. La galería donde estamos ha quedao aislada”.
“Ha habido tiros. La han diñao unos cuantos guardias más y algunos presos”.
“Aquí la gente se ha vuelto loca: le han pegao fuego a uno de los guardias que se han cargao y han empezao a cortar cabezas”.
Viñeta 2: vemos una imagen caótica en el patio interior de la prisión, en la que aparece en el centro el cuerpo sin vida y ardiendo de un guardia. En primer plano, un preso le está cortando la cabeza al cadáver de otro guardia, mientras al fondo presos amotinados están pasando por el cuchillo a otros presos. Hay sábanas y colchones ardiendo y varios cadáveres por el suelo. La sirena sigue sonando.
Viñeta 3: varios presos amotinados que se han apoderado de las armas de los guardias están apuntando y agrupando a los rehenes, funcionarios y presos. El resto de los presos les están jaleando. La sirena ha dejado de sonar. Entre la multitud de presos quizás se puede discernir ya la cara del protagonista-narrador.
Texto: “Ahora han cambiao las tornas: los que antes controlaban todo en la galería pasan a ser rehenes. Solo pudieron escapar el director y unos cuantos subordinados y guardias”.
Viñeta 4: la imagen se centra en el protagonista, al que vemos en plano intermedio entre la muchedumbre de presos enfervorizados. Se le distingue por ser el único que no está celebrando el triunfo del motín. Tiene alrededor de treinta años, tez mulata, envejecida de todas formas por la estancia en la cárcel en condiciones de gran insalubridad. Su expresión es de cierta incredulidad y sarcasmo.
Texto: (pensamientos del protagonista) “Qué bien. Justamente hoy, EL ÚLTIMO DÍA que me tocaba estar dentro de esta mierda, se tiene que montar este follón”.

[continúa]